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"Até quando vamos ter que aguentar a apropriação da ideia de 'liberdade de imprensa', de 'liberdade de expressão', pelos proprietários da grande mídia mercantil – os Frias, os Marinhos, os Mesquitas, os Civitas -, que as definem como sua liberdade de dizer o que acham e de designar quem ocupa os espaços escritos, falados e vistos, para reproduzir o mesmo discurso, o pensamento único dos monopólios privados?"

Emir Sader

22.10.09

Uruguay: La cultura plebeya camino del gobierno

Raúl Zibechi

ALAI AMLATINA, 22/10/2009.- El más que probable triunfo de José Mujica,
quien será ungido presidente en la primera o segunda vuelta, o sea entre
el domingo 25 de octubre y el domingo 29 de noviembre, es de algún modo
la victoria de una manera plebeya de hacer política, en un país donde la
cultura de las clases medias ostenta una potente hegemonía.


A diferencia de países como Bolivia y Argentina, donde la cultura
popular del abajo siempre tuvo una fuerte impronta que marcó a fuego la
historia reciente, en Uruguay desde comienzos del siglo XX se impuso un
modo poco estridente, pacato y medido de expresar las opiniones y
movilizaciones de los sectores populares. Algunos han llamado
"institucionalización" a esa cultura, en tanto otros han hecho hincapié
en el predominio de una cultura política "amortiguadora" como forma de
explicar las particulares configuraciones de un país donde las capas
medias no sólo han sido cuantitativamente importantes, sino que pronto
se convirtieron en referencia obligada para el conjunto de la sociedad.
En este país, tener mucho está mal visto; mostrarlo supone un castigo
social inevitable. De modo que los de arriba han sido desde hace mucho
tiempo timoratos a la hora de alardear su riqueza. Y los de abajo, en
contrapartida, siempre mostraron una tendencia a no considerarse como
pobres sino como clases medias.

Dicho de otro modo, en Uruguay nunca existió una oligarquía, o sea una
clase que siendo económicamente dominante sea a la vez políticamente
gobernante. Ese dato crucial, hizo posible no sólo que surgiera una
elite encargada de administrar la cosa pública sin relación material
directa con la burguesía, sino que los de abajo tuvieran la capacidad de
influir en ese sector. El batllismo fue la expresión política más
acabada de esa estructura socio-política que diferenció al Uruguay al
punto de convertirse, mas en el imaginario que en la realidad, en la
Suiza de América.

José Mujica aspira a hacer batllismo desde el gobierno. O sea, a
implementar modos de conciliación de clases, en la tradición de la
política que impregna a todos los partidos uruguayos. Sin embargo, lo
que lo diferencia del resto de los candidatos –tanto de derecha como de
izquierda- es que, al decir de un político, es el político más parecido
al uruguayo medio. En Mujica se siente reflejados los pobres de la
ciudad y del campo, pero también una parte considerable de las clases
medias que han trabajado duro para forjar o sostener su condición, en un
período en que el ascenso social está vedado para las mayorías.

El indudable fervor que recoge Mujica no deviene de un programa de
gobierno. Está influido, eso sí, por la gestión de Tabaré Vázquez que,
guste o no, ha realizado una gestión considerablemente mejor que los
gobiernos anteriores, cuestión no demasiado difícil por cierto. El apoyo
a Mujica tiene una buena dosis de identificación afectiva con el
candidato, lo que supone fidelidades mucho más sólidas y duraderas que
los apoyos de carácter racional. Este es un primer cambio, de larga
duración en la política uruguaya.

El triunfo de Mujica frente a Astori en las internas de junio, pese a
que el ex ministro de Economía contaba con el apoyo de Vázquez y de los
medios, fue la victoria de un estilo de hacer política, pero mirado
desde la gente supuso una evidente identificación con un pasado, y un
presente, de hacer política pegado a la gente. O, por lo menos, esa es
la percepción de buena parte de quienes lo apoyan.

Algunos dirán "populismo", pero se equivocan. El vocablo nubla la
comprensión, impide ver la realidad, la enjuicio en base a
consideraciones desde arriba que suponen que el caudillo puede modelar
la realidad social y cultural a su antojo. No. La irrupción de Mujica en
la política uruguaya, a mediados de la década de 1990, supuso un aire
fresco en un sistema que pedía a gritos algún tipo de renovación. De
hecho, los principales políticos en el Uruguay pos dictadura fueron los
mismos que diez o quince años antes. Cero renovación.

Por último, hay que mirar no hacia el estrado sino hacia la calle, hacia
la gente, para comprender lo que está sucediendo en Uruguay. La novedad
mayor de esta campaña es que las extensas estructuras políticas del
Frente Amplio, cientos de comités de base que llegan a todos los barrios
y todos los rincones del país, han sido neutralizadas por iniciativas
espontáneas, por convocatorios a través de Internet y celulares sin
pasar por las lentas y pesadas orgánicas. Los grandes actos siguieron
siendo importantes, pero la novedad vino de ese tipo de convocatorias
inesperadas que algunos dirigentes atentos como Mújica supieron cazar al
vuelo.

Por otro lado, mirando la calle pueden verse –como siempre- una
abrumadora mayoría de clases medias apoyando al candidato del Frente
Amplio. Pero esas clases medias no son las mismas que fundaron la
coalición de izquierda casi cuatro décadas atrás. Se empobrecieron, sus
hijos y amigos emigraron, dejaron de soñar con la Suiza de América y en
ganar campeonatos de fútbol. De alguna manera, se hicieron algo más
plebeyas, lo suficiente como para apoyar a un candidato que encarna un
modo no tan tradicional de hacer política.

- Raúl Zibechi, periodista uruguayo, es docente e investigador en la
Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor de varios
colectivos sociales.

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Cancion con todos

Salgo a caminar
Por la cintura cosmica del sur
Piso en la region
Mas vegetal del viento y de la luz
Siento al caminar
Toda la piel de america en mi piel
Y anda en mi sangre un rio
Que libera en mi voz su caudal.

Sol de alto peru
Rostro bolivia estaño y soledad
Un verde brasil
Besa mi chile cobre y mineral
Subo desde el sur
Hacia la entraña america y total
Pura raiz de un grito
Destinado a crecer y a estallar.

Todas las voces todas
Todas las manos todas
Toda la sangre puede
Ser cancion en el viento
Canta conmigo canta
Hermano americano
Libera tu esperanza
Con un grito en la voz