Escrito por Anubis Galardy, lunes, 18 de mayo de 2009 | |
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18 de mayo de 2009, 08:01La Habana, 18 may (PL) Prensa Latina transmite, a continuación, una de las últimas entrevistas realizadas en Cuba al escritor Mario Benedetti, en 1997, en la que este pasa revista a su vida, sus nexos con la Revolución cubana y Casa de las Américas, ratifica su fe en las utopías y afirma: "no me arrepiento de nada por lo que he luchado". Mario Benedetti: Soy un optimista vocacional Por Magda Resik (Para Prensa Latina) * Con el tiempo se acostumbró a prestar sus versos: rústicos grafittis en las paredes de las ciudades, palabras escritas en cualquier baño público, grabadas en maderitas y pieles, dibujadas en todo tipo de tipografía y edificios, coreadas por miles de voces en un teatro... versos que tienen en común el transmutarse en pretextos para soñadores y "defensores de la alegría como un principio". Para colmo de expropiaciones, un día descubrió que los muchachos enviaban a las novias como propios, sus poemas. Después de consumada la relación, en la intimidad, los honestos reconocían la real autoría de Mario Benedetti, y ellas aceptaban la verdad sin reproches, con cierta resignación compensada. El lirismo ajeno se había convertido en resguardo especial de ese amar con amor para salvarse, que a ratos recomienda el poeta. No son los suyos poemas de compleja presencia aunque sí de esmerada factura, de una sencillez conmovedora, desprovistos del hermetismo a ultranza que para algunos es consustancial al verso. Tampoco se desentienden de la alegoría cotidiana más directa ni de razones sociales y políticas, pues contra todos los pronósticos la poesía es para él tribuna privilegiada. Como propietario de lagunas que son océanos, se define este escritor uruguayo, autodidacta y precoz. A los 11 años terminó su primera novela, El trono y la vida, deudora de tanta aventura de capa y espada aprendida de Dumas. Y luego sobrevino la aventura mayor: descubrirle a cada género literario sus encantos y sojuzgarlos. Por suerte, el exilio al que debió someterse a mediados de la década del 70, no laceró ese afán productivo. Doce libros, uno por cada año lejos de Uruguay lo prueban. De esa época data Poesía trunca, antología que reúne la obra de los escritores que no corrieron su suerte, la de sobrevivir al genocidio cometido por las dictaduras latinoamericanas de turno. Hace poco Roberto Fernández Retamar, presidente de la Casa de las Américas, reflexionaba sobre cuánto Benedetti arriesgó su vida y cómo sus amigos y familiares recibieron aliviados la noticia de que Cuba lo ponía a buen recaudo. "Me dicen que está con ustedes, cosa que deseo de todo corazón " le escribió Julio Cortázar a Retamar el 6 de octubre de 1975". Mario es uno de los hombres más valiosos de nuestro continente y por tanto siempre en peligro". Conocedor de Cuba por la fuerza de las circunstancias, la convivencia de años y sobre todo por la más antigua de sus razones, la admiración "tan necesaria como el reparo en las imperfecciones cuando se ama", Benedetti no se conduce como un forastero típico. A pesar de no haber nacido en esta Isla, exhibe esa condición tangible de quien llegó y se marchó, para siempre quedarse. La utilidad de discutir "Cuba ha sido siempre una palabra muy importante para mí. Incluso antes de viajar a este país, la Revolución Cubana fue para muchos uruguayos una alerta, nos sacudió porque vimos la posibilidad de enfrentar de alguna manera esa presión que es política, económica, militar, cultural... de los EE.UU. "Trabajar en la Casa de las Américas, durante los años de exilio fue un privilegio para mí porque es un organismo muy eficaz, donde los problemas se solucionan en equipo. Integré el Consejo de Dirección conformado por cubanos excepto Manuel Galich, el guatemalteco, y aprendí desde adentro cómo funciona un organismo cultural en Cuba. "Bien decía Retamar el otro día que yo discutí mucho con los cubanos en ese consejo. Me parecía que, aparte del bloqueo exterior, funcionaba a veces el autobloqueo. En aquella época vivía Haydée Santamaría con quien hice una muy buena relación, una de las figuras que más admiro de la Revolución. Era con la que más discutía y muchas veces ella negaba de plano mis argumentos, aunque me sorprendía en ocasiones tomando una decisión acorde con lo que había dicho. Lo hacía buscando solidez en los argumentos. "Sostuve una extensa correspondencia con Haydée tras mi regreso a Uruguay. En una carta muy linda me confesó que los compañeros del consejo lamentaban mi ausencia y ella particularmente echaba de menos las discusiones que sosteníamos". -¿Cómo explica que su popularidad aumente entre los más jóvenes? -Que un viejo como yo pueda comunicarse con los jóvenes me parece lindo. La musicalización de algunos poemas pudo haber influido porque de esa manera llegan siempre a más gente. Y a veces quienes entraron a mi obra por la zona de la canción terminan invadiendo la de la poesía. Sucede también como hace poco, en la Casa de las Américas: leí unos cuantos poemas inéditos que el público no conocía y, sin embargo, fueron recibidos con calor. Lo hice a propósito. Quería probarlos, ver cómo caían, y cayeron bien a un auditorio en extremo joven. Explicarme totalmente ese fenómeno es imposible porque a veces supera las causas evidentes. -Su poesía no ha envejecido. Y usted, a estas alturas, ¿cómo asume la certeza de la muerte? -Mi próximo libro tiene una gran cantidad de poemas que se refieren a ese tema que ahora me obsesiona. A mis años no se puede decir como a los 18, a mí qué me importa la muerte. Hay que prepararse para ella. -¿A dónde irá la poesía en un mundo donde impera el pragmatismo, y las editoriales se disputan el último best-seller? -Los editores creen que lo único vendible en este mundo de consumismo es la novela. Si se trata de un escritor que ha tenido éxito anteriormente con el género, no se cansan de presionarlo. Pero nadie presiona al poeta quizá por esa falsa impresión de que la poesía no vende. Personalmente no puedo quejarme porque mis libros de poesía tienen muchísimas ediciones, incluso Inventario es de mis 67 libros el segundo de más ventas y en algún sentido esas reacciones contradicen la impresión de los editores. Tenga o no éxito, el asunto en poesía es que sea buena. Los grandes autores que han sobrevivido y se siguen estudiando, fueron en su mayoría poetas. Dentro de los escritores españoles podemos recordar a Góngora, Quevedo... y los de las generaciones del 98 y el 27; en América Latina, Darío, Martí, Neruda, Vallejo... Es más probable que con esos cultores del verso que se siguen estudiando y citando, se escriba la historia de los pueblos. Por eso creo en la poesía. -Pero ¿qué tiene la poesía? -Libertad, una independencia superior que se sobrepone a las presiones del mercado, más que la prosa. El poeta escribe lo que quiere decir, tenga éxito o no, tenga lectores o no, le caiga bien a la crítica o le caiga mal. -Sin embargo, Benedetti no desprecia los otros géneros literarios... -El más frecuente de los géneros que cultivo es la poesía, pero también disfruto la novela por tratarse de un mundo mágico que creas, de personajes con los que cargas durante un tiempo como si fueran familiares cercanos. Los viajes, las convocatorias, los jurados... dificultan la fluidez de ese proceso. No puedes escribir 10 páginas de la novela hoy, y 10 dentro de seis meses. Hay que entrar en ese mundo y quedarse ahí. Si tuviera más tiempo disponible hubiera escrito otras novelas. Tal vez para compensar esa falta de que llegué a escribir una en verso, El cumpleaños de Juan Ángel, que es como un bicho raro. El cuento es el más difícil de los géneros para mí. Creo que fue Borges quien dijo que escribir una novela con el rigor de un cuento, sería insoportable. Cada palabra, cada adjetivo, el título -no puede ser otro que el que tiene", exigen gran esfuerzo y exactitud. Por eso paso largos períodos sin escribir cuentos. Un libro me tomó 19 años para terminarlo, otros los he escrito en cinco. No me gusta publicar un libro de cuentos heterogéneos que no formen una línea temática armónica. -¿Se considera un perfeccionista literario? -Rompo mucho como cualquier escritor. Hace poco entregué a las editoriales un nuevo libro de cuentos y de poemas al que le sobraron 20 ó 25. Los fui revisando y revisando, se los di a leer a algunos amigos muy de confianza que invariablemente me aconsejan: este poema sobra, este atenta contra el equilibrio del conjunto o no tiene el nivel de los otros. Corrijo mucho, reflexiono. No me gusta publicar enseguida que termino el libro. Es una prueba también leerlo en público y observar las reacciones del público. Los poemas deben estar dormidos por lo menos seis meses. Entonces los analizo casi como ajenos, veo con claridad sus virtudes y defectos, establezco una distancia beneficiosa porque la proximidad en esos casos es perjudicial. Cuando terminas un libro parece magnífico, y después uno repara con dolor de alma que hay que prescindir de algunos textos y temas de los cuales se enamoró, en beneficio del resultado final. -La realidad latinoamericana es otra hoy, como lo es la del mundo en que vivimos. ¿Cree que están en desuso las utopías por la que se arriesgó incluso en lo personal? -Creo en las utopías. Los buenos pasos que han dado los hombres en toda su historia han sido gracias a los utópicos, entre ellos Jesús, Freud y Marx, que quizá no materializaron totalmente lo que predicaban, pero de muchas formas ayudaron al progreso de la humanidad. Y como antípodas aparecen los antiutópicos: que constituyen los verdaderos perdedores de la Historia. No me arrepiento de nada por lo que he luchado aunque he cometido mis errores como cualquiera, pero las posiciones que he tomado han sido de acuerdo con lo que en ese momento me dictaba mi conciencia. No padezco de insomnio, siempre he podido dormir tranquilo, salvo cuando andaban recogiendo a la gente de izquierda para llevársela presa. Pero eso no tenía que ver con mi conciencia sino con la de ellos. -¿Confía en la posible mejoría del mundo? -Cualquier mejoría parece imposible en este mundo de ahora al contemplar el panorama con una sola potencia que lo dirige todo, con una religión de consumismo que es el verdadero Dios que impera. Se habla mucho de la globalización económica y política y yo creo que hay otras dos a las que no se les presta atención: la globalización de la hipocresía y la globalización de la frivolidad y la banalidad. Soy un optimista vocacional aunque cada vez me cueste más serlo. Si la humanidad sigue por el camino que le indican los decididores, según define Leotard, el filósofo, vamos directo al suicidio. Pero nunca pierdo las esperanzas, porque otras veces hemos estado al borde del abismo y hemos sabido agarrarnos por los pelos para salvarnos. Esta vez confío en que podamos salvarnos a pesar de que cada vez resulte más difícil. Pero si eso sucede va a ser por lo que venga desde abajo, no por lo que nos llega de arriba: la inconsciencia criminal. Confío en que los hombres y mujeres del futuro aprendan a salvarse y lo digo porque uno sabe que como individuo, como persona se va a morir, es ley de la vida. Pero nunca queremos que aquello que dejamos atrás desaparezca, sería horroroso. Siempre haré lo posible -sé que no puedo sobrevivir- para que la humanidad sobreviva, y para que la gente viva mejor de lo que vive. ag/mr (Entrevista realizada en La Habana en 1997, cuando el poeta tenía 77 años. Exclusiva de Juventud Rebelde, para Prensa Latina). Mario Benedetti (Paso de los Toros, 14 de setembro de 1920 Montevidéu, 17 de maio de 2009) foi um poeta, escritor e ensaísta uruguaio. Integrante da Geração de 45, a qual pertencem também Idea Vilariño e Juan Carlos Onetti, entre outros. Considerado um dos principais autores uruguaios, ele iniciou a carreira literária em 1949 e ficou famoso em 1956, ao publicar "Poemas de Oficina", uma de suas obras mais conhecidas. Benedetti escreveu mais de 80 livros de poesia, romances, contos e ensaios, assim como roteiros para cinema. El Sur también existeMario BenedettiCon su ritual de acero sus grandes chimeneas sus sabios clandestinos su canto de sirenas sus cielos de neón sus ventas navideñas su culto de dios padre y de las charreteras con sus llaves del reino el norte es el que ordena pero aquí abajo abajo el hambre disponible recurre al fruto amargo de lo que otros deciden mientras el tiempo pasa y pasan los desfiles y se hacen otras cosas que el norte no prohibe con su esperanza dura el sur también existe con sus predicadores sus gases que envenenan su escuela de chicago sus dueños de la tierra con sus trapos de lujo y su pobre osamenta sus defensas gastadas sus gastos de defensa con sus gesta invasora el norte es el que ordena pero aquí abajo abajo cada uno en su escondite hay hombres y mujeres que saben a qué asirse aprovechando el sol y también los eclipses apartando lo inútil y usando lo que sirve con su fe veterana el Sur también existe con su corno francés y su academia sueca su salsa americana y sus llaves inglesas con todos su misiles y sus enciclopedias su guerra de galaxias y su saña opulenta con todos sus laureles el norte es el que ordena pero aquí abajo abajo cerca de las raíces es donde la memoria ningún recuerdo omite y hay quienes se desmueren y hay quienes se desviven y así entre todos logran lo que era un imposible que todo el mundo sepa que el Sur también existe Te quieroMario BenedettiTus manos son mi caricia mis acordes cotidianos te quiero porque tus manos trabajan por la justicia si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada te quiero por tu mirada que mira y siembra futuro tu boca que es tuya y mía tu boca no se equivoca te quiero porque tu boca sabe gritar rebeldía si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos y por tu rostro sincero y tu paso vagabundo y tu llanto por el mundo porque sos pueblo te quiero y porque amor no es aureola ni cándida moraleja y porque somos pareja que sabe que no está sola te quiero en mi paraíso es decir que en mi país la gente viva feliz aunque no tenga permiso si te quiero es porque sos mi amor mi cómplice y todo y en la calle codo a codo somos mucho más que dos. |
pergunta:
"Até quando vamos ter que aguentar a apropriação da ideia de 'liberdade de imprensa', de 'liberdade de expressão', pelos proprietários da grande mídia mercantil – os Frias, os Marinhos, os Mesquitas, os Civitas -, que as definem como sua liberdade de dizer o que acham e de designar quem ocupa os espaços escritos, falados e vistos, para reproduzir o mesmo discurso, o pensamento único dos monopólios privados?"
Emir Sader
Emir Sader
19.5.09
Benedetti: No me arrepiento de nada por lo que he luchado
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Cancion con todos
Salgo a caminar
Por la cintura cosmica del sur
Piso en la region
Mas vegetal del viento y de la luz
Siento al caminar
Toda la piel de america en mi piel
Y anda en mi sangre un rio
Que libera en mi voz su caudal.
Sol de alto peru
Rostro bolivia estaño y soledad
Un verde brasil
Besa mi chile cobre y mineral
Subo desde el sur
Hacia la entraña america y total
Pura raiz de un grito
Destinado a crecer y a estallar.
Todas las voces todas
Todas las manos todas
Toda la sangre puede
Ser cancion en el viento
Canta conmigo canta
Hermano americano
Libera tu esperanza
Con un grito en la voz
Por la cintura cosmica del sur
Piso en la region
Mas vegetal del viento y de la luz
Siento al caminar
Toda la piel de america en mi piel
Y anda en mi sangre un rio
Que libera en mi voz su caudal.
Sol de alto peru
Rostro bolivia estaño y soledad
Un verde brasil
Besa mi chile cobre y mineral
Subo desde el sur
Hacia la entraña america y total
Pura raiz de un grito
Destinado a crecer y a estallar.
Todas las voces todas
Todas las manos todas
Toda la sangre puede
Ser cancion en el viento
Canta conmigo canta
Hermano americano
Libera tu esperanza
Con un grito en la voz
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