"Hemos derribado el mito de la rivalidad"
La Presidenta y Lula da Silva reivindicaron el proceso de integración regional y coincidieron en cuestionar el rol conservador de los grandes medios de comunicación. También destacaron la educación como factor de justicia social.
Por Nicolás LantosLa presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ex mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva coincidieron ayer en criticar el rol de los medios de prensa como un factor de poder conservador en el proceso que se vive en Sudamérica desde hace una década. "Es increíble: cuando uno los critica, dicen que los estamos atacando. Pero cuando los medios nos atacan, dicen que es democracia. Eso no puede ser", aseguró el dirigente del Partido de los Trabajadores (PT), mientras que la jefa de Estado insistió: "Podrán tener diez mil titulares y editar 25 mil frases, pero nunca podrán borrar la vivencia de los argentinos sobre lo que pasó esta década". Los dos compartieron el acto por la inauguración de la Universidad Metropolitana por la Educación y el Trabajo (UMET), donde también reivindicaron el proceso de integración regional que, en palabras de Lula, "está en el mejor momento que nunca".
Durante la ceremonia, el tema excluyente fue la importancia de hacer llegar la educación a toda la población como herramienta para reducir la desigualdad, pero terminó derivando, una y otra vez, en el rol de los sectores conservadores y de los grandes conglomerados comunicacionales a la hora de oponerse a esos avances. En ese sentido, el brasileño destacó que "dar una oportunidad a los que nunca tuvieron oportunidades" es la única forma de empoderarse ante los embates de quienes históricamente ejercieron la toma de decisiones.
"Ampliar y multiplicar derechos otorga una legitimidad extraordinaria a cualquier gobierno", porque "cuando se construye justicia social, pueden venir todos los diarios y los canales de televisión a decir lo contrario, pero la gente no se olvida" de los beneficios a los que accedió, aseguró el ex mandatario. "Venga quien venga después, nadie podrá negar el apoyo que dio el gobierno de los Kirchner a los pobres", agregó, antes de comparar el proceso que encabezó y que ahora lleva adelante la presidenta Dilma Rousseff con los ciclos peronistas en la Argentina: "Los sectores conservadores de Brasil no entienden lo que pasó en esta década. Como no entienden lo que pasó acá en los años '40 y lo que pasa ahora", concluyó.
"Vos no te imaginás las cosas que dijeron del gobierno peronista, no sabés las cosas que dijeron de Eva y de Perón", replicó CFK. "Pero no pudieron con ellos porque habían ampliado derechos. Ahora podrán tener diez mil titulares y editar 25 mil frases, pero nunca podrán borrar la vivencia de cada argentino de lo que pasó en esta década, los derechos, las obras, las escuelas, los millones de trabajadores que hoy tienen trabajo." La Presidenta también se permitió una ironía: "Cada vez que nos quieren criticar nos dicen que no somos como Brasil. Pero la verdad es que por suerte sí somos. Somos como Lula, somos como Dilma", celebró, levantando aplausos en la platea.
"Que cada uno elija"
CFK y Lula también coincidieron en hacer énfasis en la importancia de la educación como factor clave para la inclusión y la justicia social. "Algunos hablan de gobiernos populistas, yo prefiero decirles gobiernos que creen en la igualdad de oportunidades para que cada uno pueda elegir qué vida quiere tener", señaló Fernández de Kirchner. Lula, por su parte, enumeró los ejes que sostienen una política inclusiva en este sentido: acceso de más jóvenes a la educación universitaria, valorización del trabajo docente, reducción de la brecha digital y una mayor interrelación entre el sistema educativo y el sistema productivo.
"No hacemos milagros, no hay milagros en política. La educación cumple una función fundamental en la tarea de hacer más justa a la sociedad –agregó Lula–. En Brasil luchamos contra todos los monopolios y eso incluye también al monopolio de la educación" por parte de las clases más altas, agregó, porque "eso no es otra cosa que el monopolio del poder". En ese sentido, destacó la importancia de "beneficiar a todos, pero especialmente a aquellos a los que la educación les fue históricamente negada".
La Presidenta marcó un contrapunto al recordar que en la Argentina "después del 2001 la clase media estuvo al borde de la extinción" y gran parte de la tarea acometida por el kirchnerismo en esta década pasó por recuperar ese sector, que siempre fue muy fuerte en este país, a diferencia de lo que sucedía en Brasil, donde las desigualdades eran más notorias. "Quiero recordarles a las clases medias que golpeaban con martillos las puertas de los bancos que, aunque a veces se olviden, fue este gobierno el que les devolvió los ahorros", concluyó la Presidenta, destacando que "éste fue el gobierno en el que los trabajadores, los sindicatos y los organismos de derechos humanos volvieron a entrar en la Casa Rosada".
Por último, ambos coincidieron en la necesidad de seguir alentando la integración regional que comenzaron, hace ya una década, Lula, Néstor Kirchner y Hugo Chávez. "Hemos derribado el mito de la rivalidad brasileño-argentina que impedía que creciéramos juntos y servía a intereses que estaban en contra de los nuestros. Los poderosos necesitan la división para seguir siendo poderosos, y ustedes quebraron esa pretendida desunión", sostuvo Fernández de Kirchner. El brasileño, por su parte, remató: "Tenemos el derecho y la obligación de luchar por un mundo más justo. Será más justo cuando los derechos no sean patrimonio de aquellos que tengan dinero para comprarlos".
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-220224-2013-05-17.html
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