QUILAPAYÚN
Rodolfo Parada
Que venimos de muy lejos
ya lo sabe todo el mundo,
no cumplimos nuestros sueños
y ahora somos trotamundos.
Que salimos puño en alto
y hoy la mano está tendida
para hacer una muralla
codo a codo y por la vida.
No habrá luz en el planeta si dejamos de creer
que la próxima esperanza está siempre por nacer.
Aquí estamos
los de ayer, los de hoy y también los de mañana
porque así somos más fuertes en las ganas
pa' cantar lo que tenemos que cantar.
Y aquí vamos
porque nada nos parece indiferente
cuando en juego está el futuro de la gente
que reclama de este mundo lo mejor.
Tanto tiempo que ha pasado
tanto ardor, tanto latido,
mil amores que perdimos
o que han desaparecido.
Las heridas van cerrando
pero el alma nunca olvida,
si es por años o por siempre
lo que es duro es la partida.
Cada humano hace un tramado con lo de hoy y lo que fue
y olvidar no se decreta ni por fuerza ni por ley.
Fuimos compañeros,
camaradas insurgentes,
y luchamos sin descanso
por un mundo diferente.
Los claveles y las rosas
que empuñamos cada día,
yo no sé si se secaron
o si esperan todavía.
Siempre hay flores en la orilla de un camino por andar
que acompañen nuestros sueños de la cordillera al mar.
Que venimos de muy lejos
ya lo sabe todo el mundo,
no cumplimos nuestros sueños
y ahora somos trotamundos.
Que salimos puño en alto
y hoy la mano está tendida
para hacer una muralla
codo a codo y por la vida.
No habrá luz en el planeta si dejamos de creer
que la próxima esperanza está siempre por nacer.
Aquí estamos
los de ayer, los de hoy y también los de mañana
porque así somos más fuertes en las ganas
pa' cantar lo que tenemos que cantar.
Y aquí vamos
porque nada nos parece indiferente
cuando en juego está el futuro de la gente
que reclama de este mundo lo mejor.
Tanto tiempo que ha pasado
tanto ardor, tanto latido,
mil amores que perdimos
o que han desaparecido.
Las heridas van cerrando
pero el alma nunca olvida,
si es por años o por siempre
lo que es duro es la partida.
Cada humano hace un tramado con lo de hoy y lo que fue
y olvidar no se decreta ni por fuerza ni por ley.
Fuimos compañeros,
camaradas insurgentes,
y luchamos sin descanso
por un mundo diferente.
Los claveles y las rosas
que empuñamos cada día,
yo no sé si se secaron
o si esperan todavía.
Siempre hay flores en la orilla de un camino por andar
que acompañen nuestros sueños de la cordillera al mar.
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